Oficio Vespertino

por todo el año


En pie la Congregación, el Celebrante dé principio con las palabras siguientes:

    V. EN el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea luz y paz.
    R. Amén.

    V. Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre del Señor.
    R. Sea el nombre del Señor bendito desde ahora y para siempre.

    V. ¡Oh Dios, cuyo nombre es bendito desde la salida del sol hasta su ocaso! Llena de ciencia nuestros corazones y abre nuestros labios en tu alabanza; para que como eres bendito con el debido honor por todos los siglos, así seas alabado de oriente a occidente por todas las naciones.
    R. Amén.

    V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
   
R. Amén.

Luego lea el Celebrante, o haga que se cante, alguno de los siguientes TEXTOS:

    1. EL Señor está en su santo templo: calle delante de El toda la tierra.
    2. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria;
por tu misericordia, por tu verdad.
    3. Ensálzate, oh Dios, sobre los cielos;
y sobre toda la tierra sea ensalzada tu gloria.
    4. Las obras de las manos del Señor son verdad y juicio;
fieles son todos sus mandamientos.

Luego el Celebrante diga:

    HERMANOS, hagamos nuestra confesión de pecados.

Todos digan:

    ¡Dios todopoderoso! Confesamos que hemos pecado gravemente contra ti, por pensamiento, palabra, obra y omisión. Nos arrepentimos de nuestras faltas. Perdona todos nuestros errores para que en adelante tengamos una vida nueva mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El Celebrante (o el Obispo, si está presente), diga:

    DIOS nuestro Padre celestial, tenga misericordia de vosotros, perdone todos vuestros pecados y os conduzca a la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor y Redentor. Amén.
    R. Dios todopoderoso tenga también de ti misericordia, perdone todos tus pecados y te conduzca a la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Todos sigan en pie, y canten o lean la LAUDA correspondiente al tiempo.

    V. El Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.

LAUDAS

1. [Durante el Adviento.]

    ¡HOSANNA! Bendito el que viene en el nombre del Señor.
    Bendito el reino de nuestro padre David. Aleluya.
    Hosanna al Hijo de David: Hosanna en las alturas.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

2. [Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]

    SALVENOS tu diestra, Señor nuestro Dios;
    Para que confesemos tu santo nombre. Aleluya.
    Acuérdate de nosotros, Señor; y visítanos con tu salvación.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

3. [Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    LAMPARA es a mis pies tu palabra:
    Y lumbrera a mi camino. Aleluya.
    Guíame por la senda de tus mandamientos.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

4. [Durante la Cuaresma.]

    ¿POR qué me has desechado? ¿Por qué andaré abatido por la opresión del enemigo?
    Envía tu luz y tu verdad.
    Júzgame, oh Dios, y aboga mi causa; líbrame de gente impía, del hombre de engaño y de iniquidad.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

5. [Después de Pascua, hasta la Ascensión.]

    CANTAD al Señor un cántico nuevo; porque el Señor obró maravillas. Aleluya.
    Grande es el Señor nuestro, y grande su poder. Aleluya. Aleluya.
    El ha hecho notoria su salvación; en presencia de las gentes ha revelado su justicia.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

6. [Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    ALABARE al Señor conforme a su justicia;
    Y cantaré al nombre de
l Señor el Altísimo. Aleluya.
    Te ensalzaré, mi Dios y Rey; y bendeciré tu nombre para siempre jamás.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén.


Después de la Lauda diga el Celebrante:

    SEÑOR, abre nuestros labios.
    R. Y nuestra boca anunciará tu alabanza.

Y cántese, o léase alternadamente el Salmo 23.

SALMO 23

    1. EL SEÑOR es mi pastor; * nada me faltará.
    2.
En prados de tiernos pastos me hace descansar. * Junto a aguas tranquilas me conduce.
    3.
Confortará mi alma; * y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
    4. Aunque
ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; * porque Tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
    5.
Preparas mesa delante de mí, en presencia de mis adversarios. * Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
    6. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; * y en la casa del Señor moraré por días sin fin.
    7. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, al Espíritu Santo, *
por los siglos de los siglos. Amén.

Después del Salmo, siéntese la Congregación, y el Celebrante en pie leerá una parte de las SANTAS ESCRITURAS; y empiece diciendo:

NUESTRA lección de la Sagrada Escritura se halla en el Libro... capítulo...

Y concluida la lectura, diga:

    AQUI termina nuestra lección de la Sagrada Escritura.

   OH Señor, santifícanos en tu verdad; tu palabra es la verdad. Amén.

Todos en pie, cántese (o léase alternadamente por el Celebrante y la Congregación) uno de los CÁNTICOS correspondientes al tiempo, o el Cántico de María.

CANTICO DE MARÍA

   1. ENGRANDECE mi alma al Señor, * y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador.
    2. Porque ha mirado la bajeza de su
sierva. * He aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,
    3. Porque el Poderoso
ha hecho grandes cosas conmigo. * Su nombre es santo,
    4. Y su misericordia
es de generación en generación, * para con los que le temen.
    5. Hizo
proezas con su brazo; * esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
    6. Quitó
a los poderosos de sus tronos, * y levantó a los humildes.
    7. A los hambrientos
sació de bienes * y a los ricos los despidió vacíos.
    8.
Ayudó a Israel, su siervo, * para acordarse de la misericordia,
    9.
Tal como habló a nuestros padres, * a Abraham y a su descendencia para siempre.
    10. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, *
por los siglos de los siglos. Amén.

Terminado el Cántico, diga el Celebrante:

    HERMANOS, confesemos nuestra fe.

Todos digan el Credo Apostólico

SÍMBOLO APOSTOLICO

    CREO en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
    Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fu
e concebido por obra del Espíritu Santo; nació de María virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos; está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; de donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
    Creo en el Espíritu Santo; en la santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne; la vida eterna. Amén.



Todos de rodillas, el Celebrante diga la SUPLICACIÓN correspondiente al tiempo, como sigue:

    V. El Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.

[Durante el Adviento.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos por amor de su venida.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

[Después de la Epifanía, hasta el Domingo de
Septuagésima
.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que aumente la fe de su santa Iglesia, y le dé paz, y por siempre la defienda.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que
nos dé propicio la salud del alma y del cuerpo, el perdón de los pecados y perpetua paz.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

[Durante la Cuaresma.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos por los méritos de su sagrada pasión.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que se digne propicio justificarnos por la gloria de su resurrección.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.

[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    OREMOS al Redentor del mundo, nuestro Señor Jesucristo, y con toda suplicación le roguemos que aumente la fe de su Santa Iglesia, y le dé paz, y por siempre la defienda.
    R. Concédenos esto, Dios eterno y omnipotente.



Después de la Suplicación, digan todos:

    SEÑOR, apiádate de nosotros.
    Cristo, apiádate de nosotros.
    Señor, apiádate de nosotros.

Padre nuestro que estás en los cielos: Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánosle hoy. Y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal. Amén.

El Celebrante levantándose, diga:

    LIBRADOS del mal y confirmados en tu temor con toda obra buena, oh Trinidad, Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
    R. Amén.

Todos de pie, el Celebrante diga:

    HERMANOS, inclinaos a la bendición.

El Celebrante:

    EL Señor sea siempre con vosotros.
    R. Y con tu espíritu.

Y diga el Celebrante la BENDICIÓN correspondiente al tiempo, como sigue:

[Durante el Adviento.]

    EL Señor Jesucristo, que con su venida se dignó socorrer al mundo, nos limpie de todo pecado. R. Amén.

    V. Concédanos que por la virtud del Espíritu atendamos a los preceptos de su ley, para que podamos esperar con gozo su venida. —    R. Amén.

    V. Y de tal manera nos absuelva de toda culpa, que su venida no nos sobrecoja para reprobación, sino redimidos y para glorificación. —    R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.     R. Amén.

[Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]

    EL Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga. R. Amén.
    Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo mal.
R. Amén.
    Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los pecados.
R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. — R. Amén.

[Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    LLENENOS el Señor de dones espirituales, y háganos participantes del reino de los cielos. R. Amén.
    Mortifique nuestra carne poniendo fin a todo vicio, y vivifique nuestras almas con el principio de toda virtud.
R. Amén.
    Y en tal modo nos enriquezca de su gracia, que se agrade morar siempre en nuestros corazones.
R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. R. Amén.

[Durante la Cuaresma.]

    EL Señor Jesucristo que muriendo venció a la muerte, nos haga vencedores de nuestras pasiones.R. Amén.
   
Él que permitió ser entregado en manos de los inicuos, nos libre de los suplicios eternos. R. Amén.
    Y conceda que podamos vivir siempre con él, quien fu
e hecho vencedor de la muerte. R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. R. Amén.

[Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]

    LA gracia, con la cual nos gozamos de estar sepultados con Cristo por la fe, aparte de nosotros todo pensamiento de iniquidad. R. Amén.
    Y el que ha extendido la gloria de su resurrección por todo el mundo, conceda plena santificación a nuestros corazones.
R. Amén.
    Para que Aquel que le resucitó de los muertos nos resucite también a nosotros a gloria de galardón eterno.
R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos. R. Amén.

[Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    EL Señor Jesucristo nos guarde propicio y nos bendiga. R. Amén.
   
V. Protéjanos con su clemencia y nos defienda sin cesar de todo mal.R. Amén.
   
V. Y nos llene de gozo, quien benigno concede el perdón de los pecados.R. Amén.
   
V. Por la misericordia del mismo Dios nuestro, que es bendito y vive y gobierna todas las cosas por los siglos de los siglos.R. Amén.



Después de la Bendición diga el Celebrante:

    LOAD al Señor.
    R. El nombre del Señor sea alabado.

Cántese o léase la ANTÍFONA correspondiente al tiempo.

ANTIFONAS

1. [Durante el Adviento.]

    VENDRA el Deseado de todas las gentes:
    Y los cielos denunciarán su justicia;
    Y todos los pueblos verán su gloria.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

2. [Después de la Epifanía, hasta el Domingo de Septuagésima.]

    LIMPIANOS de nuestro pecado, oh Señor;
    Y líbranos de todo mal.
    Y bajo la sombra de tus alas protéjenos.

    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

3. [Desde Septuagésima hasta la Cuaresma.]

    TU justicia, oh Dios, es justicia eterna;
    Y tu ley la verdad.
    Justicia eterna son tus testimonios; dame inteligencia y viviré.

    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

4. [Durante la Cuaresma.]

    LOS reyes de la tierra se confabulan, y los príncipes consultan entre sí, contra el Señor y contra su Ungido.
    El que reside en los cielos se reirá; el Señor se mofará de ellos.
    ¿Por qué se tumultúan las gentes, y los pueblos conciben proyectos vanos?

    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.



5. [Después de la Pascua, hasta la Ascensión.]

    SI habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba;
    Donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
    Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

6. [Después de la Trinidad, hasta el Adviento.]

    JUSTO eres Tú, oh Señor, y rectos tus juicios.
    De tu misericordia está llena la tierra.
    Para siempre, oh Señor, permanece tu palabra en los cielos.
    Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.



Después de la Antífona, el Celebrante diga:

V. SEÑOR, muéstranos tu misericordia.
R. Y danos tu salud.
V. Llena a tus Ministros de virtudes.
R. Y da alegría a tu pueblo escogido.
V. Acuérdate siempre de esta Congregación.
R. Que Tú has poseído desde el principio.
V. Oh Dios, purifica nuestros corazones.
R. Y no quites de nosotros tu Santo Espíritu.

Aquí puede el Celebrante añadir las oraciones de SÚPLICA o de ACCIÓN DE GRACIAS que le parezcan oportunas.

Y luego prosiga:

    POR la tarde, de mañana, y al medio día:
  
R. Justo es, oh Señor, que te alabemos.
    V. ¡Señor, Dios omnipotente, que de la tarde, la mañana y el medio día, has hecho un día sólo, y has mandado al sol que conozca su ocaso! Abre, te rogamos, las tinieblas de nuestros corazones, y brillando Tú en ellos, te conozcamos como Dios verdadero y luz eterna.
  
R. Amén.
   
V. Por tu misericordia, oh Dios nuestro, que eres bendito y vives y gobiernas todas las cosas por los siglos de los siglos.
   
R. Amén.

Puede cantarse un HIMNO o una ANTÍFONA.

Si termina aquí el Oficio Vespertino, diga el Celebrante:

    EN el nombre de Jesucristo nuestro Señor, terminemos con paz.
 
   R. Gracias sean dadas a Dios. Amén.


Si ha de haber SERMÓN, omítase la frase En el nombre de Jesucristo..., y siéntese la congregación.

Terminado el Sermón puede cantarse un HIMNO.

Luego el Celebrante diga:

    HERMANOS, presentemos al Señor nuestras ofrendas con reverencia y temor santo.

Los ecónomos recogen las Ofrendas que las colocarán sobre la Mesa, y digan todos:

    Tuyas son todas las cosas en los cielos y en la tierra; todo es tuyo, y lo recibido de tu mano te damos. Gloria y honor al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Luego diga el Celebrante:

    ¡OH Dios, que eres el Rey de toda la tierra! Te suplicamos humildemente que por tu gran bondad aceptes las ofrendas de tu pueblo, que con un corazón alegre te presentamos para honra de tu santo nombre. Y dígnate concedernos que, siendo dedicadas a tu servicio, se empleen a gloria tuya y para bien de tu Iglesia; por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Haga el Celebrante las advertencias, proclamaciones y anuncios necesarios, según las circunstancias.

Para finalizar, diga el Celebrante:

    EN el nombre de Jesucristo nuestro Señor, terminemos con paz.
    R. Gracias sean dadas a Dios. Amén.




Anglicanos en el Norte de Aragón

anglicanosenhuesca.org