13. El regalo celestial

El regalo celestial ha nacido en un portal;
en humilde condición ha venido el Salvador.


Lo esperaban como rey,

en gran gloria y en poder,
mas el vino en sumisión, como siervo sin valor.


Despreciado y desechado fue;
en carne propia él sufrió

todo quebranto y dolor... oh!
A la muerte fue llevado y crucificado.
Dio su corazón allí, porque me amó.


Nos venimos a postrar ante el rey de Israel;
hoy queremos adorar a ese niño de Belén.
Él es nuestra salvación,

quien nos dio la redención.
Con amor nos perdonó

toda deuda y transgresión.


Despreciado y desechado fue;
en carne propia él sufrió

todo quebranto y dolor... oh!
A la muerte fue llevado y crucificado.
Dio su corazón allí, porque me amó.

Porque me amó.