14. Escucharte hablar
Quiero
escuchar tu dulce voz,
rompiendo el silencio en mi ser.
Sé
que me haría estremecer...
Me haría llorar o
reír,
y caería rendido ante Ti.
Y
no podría estar ante Ti,
escuchándote hablar,
sin
llorar como un niño.
Y pasaría el tiempo así:
sin
querer nada más,
nada más que escucharte hablar.
Yo
quiero escuchar tu dulce voz,
rompiendo el silencio en mi
ser.
Sé que me haría estremecer...
Me haría
llorar o reír,
y caería rendido ante Ti.
No
podría estar ante Ti,
escuchándote hablar,
sin
llorar como un niño.
Y pasaría el tiempo así:
sin
querer nada más,
nada más que escucharte hablar.
Y
no podría estar ante Ti,
escuchándote hablar,
sin
llorar como un niño.
Y pasaría el tiempo así:
sin
querer nada más,
sin querer nada más.
Y
no podría estar ante Ti,
escuchándote hablar,
sin
llorar como un niño.
Y pasaría el tiempo así:
sin
querer nada más,
nada más que escucharte hablar.
¡Háblame,
Señor!
¡Háblame, Señor!
Te
escucharé.
Levanta tus manos a Él
y dile
conmigo en voz alta:
¡Háblame, Señor!
Díselo
de nuevo: ¡Háblame, Señor!
Quiero escuchar
tu voz.
Quiero escucharte.
No
podría estar ante Ti
escuchándote hablar,
sin
llorar como un niño.
Y pasaría el tiempo así:
sin
querer nada más,
nada más que escucharte hablar.