36. Si fui motivo de dolor

Si fui motivo de dolor, oh Dios;

si por mi causa el débil tropezó;

si en tus caminos yo no quise andar:

perdón, oh Dios.


Si vana y fútil mi palabra fue;

si al que sufría, en su dolor dejé:

no me condenes, Tú, por mi maldad:

perdón, oh Dios.


Si por la vida quise andar en paz;

tranquilo, libre y sin luchar por Ti;

cuando anhelabas verme en la lid:

perdón, oh Dios.


Escucha, oh Dios, mi humilde confesión;

y líbrame de tentación sutil;

preserva siempre mi alma en tu redil.

Amén, amén.